lunes, 22 de junio de 2009

Historia fumada de una idea.

Es tan pequeña y tan frágil, vulnerable a las críticas y a la opinión pública. Sin embargo puede convertirse en un monstruo, capaz de mover masas y de marcar historia. Su evolución depende de que tan buena sea, no tanto que original, si no más bien, que despierte un sentimiento de pertenencia en 1 grupo. Una aceptación y un apoyo que tenga un efecto de bola de nieve. 
Para esto, la idea puede tener 2 opciones. Uno, que su creador, llamémosle el 'ideador' sea un mago de la persuasión, como Hitler, el ejemplo perfecto de una pésima idea, vendida excelentemente.
O la opción B es que la idea sea tan buena que se venda por si misma, sin importar al ideador. Un ejemplo claro sería Antonio González Camarena, inventor de la TV a color, que aquí en México conocemos muy bien pues él fue mexicano, pero la verdad en el extranjero ni saben su nombre, ni nada sobre él.
Así es pequeña idea, crece, crece...

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